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lunes, 14 de julio de 2008

Sin censura ( glosa)


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Cuando me hundo; solemne, en tu caverna,
me embarga el éxtasis, alto y profundo,
frenético; parezco un trotamundo,
viajando desde el ojo hasta la pierna.




Me acerco a ti; gateando lentamente,
gozando tu esplendor de dama ruda
y tú me esperas; paciente y desnuda,
anticipando mi beso, ya inminente.
Me acerco un poco más; golosamente
descubro que es tu ser el que gobierna
mis ansias y deseos. Me consterna
el suave seducir de tu figura
y la danza de toda tu escultura
cuando me hundo; solemne, en tu caverna.

Me muevo y te meneas con holgura
en baile cadencioso y trepidante.
Tu cuerpo se estremece; tiritante,
cuando al fin llego al fondo de tu hondura.
Me detengo y te observo; sin censura,
ojeando cada micra de tu mundo,
luego embisto; arrobado y furibundo,
disolviéndome en tu cuerpo admirable.
Y abrazándote, risueño y adorable,
me embarga el éxtasis, alto y profundo.
Te observo nuevamente, sin decoro:
qué bellas son tus formas tan sinuosas
y tus senos, ¡qué tetas más hermosas!
Y así me sorprendo sobre un tesoro
valioso, más que rubí, plata y oro.
Con tus sabores y olores me cundo,
de tus perfumes y aromas abundo,
mientras recorro tu alba geografía,
y hallando; palmo a palmo, lozanía
frenético; parezco un trotamundo.

Te lamo, mordisqueo y te acaricio,
tú me besas, me muerdes y me arañas,
con todos tus humores ya me bañas
y con todos mis fluidos te desquicio
haciéndote; de mi alma, dulce vicio.
-Mujer; tú que eres siempre bella y tierna,
permítele a mi mente te discierna-
Recorro nuevamente; piel sedosa,
todita tu figura deliciosa
viajando desde el ojo hasta la pierna.


Sueño de cascada (glosa con rima alterada)



Aviva el resplandor de su mirada
el piélago sereno y salitroso,
soñando con su rostro tan hermoso
despierto desde un sueño de cascada.


Paseando por la playa silenciosa
me encuentro una belleza esplendorosa,
parece una sirena esa damita, 
delante de mis ojos de eremita
Danzando de una forma tan graciosa
me exita con su piel linda y bronceada
y es musa, esbelta ninfa mi adorada.
Un hálito de viento milagroso
con aire de soneto misterioso
aviva el resplandor de su mirada.


Me acerco sigiloso a la sirena
tal como estando atado a una cadena
y mientras pienso en qué puedo decirle,
me acerco un poco más para pedirle… 
-y mientras ella agita su melena-
su nombre y procedencia que es mi gozo. 
Y avanzo lentamente y tembloroso,
la miro y le sonrío brevemente
y quiérase alegrarse de repente
el piélago sereno y salitroso.


Me mira y me sonríe tiernamente
y mientras, permanece aún silente.
Criatura más gloriosa nunca he visto
ni creo vuelva a ver eternamente.
Resbala y al caerse yo le asisto.
Con rostro sorprendido y delicioso
y un aire algo soberbio y peligroso
me invita a que la siga, mas no puedo,
cobarde como soy, mejor me quedo
soñando con su rostro tan hermoso.


Insiste en invitarme mar adentro
lo intento, trato, nado, mas me encuentro
una ola tan gigante, cual muralla
que trato de evadir, la muy canalla
me embiste destrozando el baricentro. 
devuélveme  a la orilla colorada
con mi alma ya jadeante y maltratada.
Sangrante y malherido me levanto, 
mirando al horizonte con mi llanto
despierto desde un sueño de cascada.

Glosilla de las nebulosas

De púrpuras y rosados
cantando las nebulosas
están sus alegres glosas
en el cosmos enturbiado.

Iniciando el abordaje
de un enorme trasbordador
me siento como un aviador
que prepara un nuevo viaje
sin tapujos ni equipaje.
Con tus sueños desbocados
de azules desmesurados,
invadiremos tonadas
augustas y coloradas
de púrpuras y rosados

Al fin alzaremos vuelo
hacia espacios infinitos,
derrumbaremos los mitos
que están anclados al suelo,
con la gracia de tu pelo
y con sangre de las rosas
fabricaremos hermosas
sonatas de envergadura;
así estarán; en la altura,
cantando las nebulosas

Emprendamos la odisea
encendiendo ya el motor
con los versos del amor;
para que esta nave sea
clamor de esperanza nea.
Anuncian estrepitosas;
estas llamas fabulosas,
un inicio de locura
pues tarareando en la albura
están sus alegres glosas

Mirando a mi alrededor
sólo veo espacio y frío
y ante tan cruel desvarío
apago presto el motor
y le rezo al Redentor.
Pero estando tú a mi lado
ya no estoy tan asustado,
porque tú eres el fulgor
que brilla con su esplendor
en el cosmos enturbiado.









Glosilla de un enamorado


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En aguas lavo mis penas
como si fueran puñales,
con la sangre de mis venas
llenaré tus manantiales.


Si soy furioso caballo,
gladiador sobre la arena
es solo por la condena
que llevo como un soslayo;
cuál tormenta, trueno y rayo
atados a las melenas.
Porque yo zurzo mis venas
como venado en el llano
y como potro alazano
en aguas lavo mis penas.

Lanzó mis sueños al viento
junto a pérfidas verdades;
a causa de las maldades
de odio casi reviento
destruyendo mi contento.
¿Que si somos animales
con instintos naturales?,
también somos muy sinceros
aunque lancemos "tequieros"
como si fueran puñales.


Si has de borrar mi dolor
con sonrisa de verbena
y cual traviesa falena
me regalas tu brillor,
me harías un gran favor.
Pero no evoques mis penas
restaurando las condenas
con ese grito de amor.
Mejor llena tu esplendor
con la sangre de mis venas.


Tan solo requiero un beso
para dar a los juglares
tus glosas y tus cantares
y es que rima mi embeleso
con tu amor que es muy traviesoo.
Luciré en los arrabales
tus tesoros celestiales
y a la sombra de los pinos
con mis besos más divinos
llenaré tus manantiales.

Glosilla del amor perdido.


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¡Ayer me diste un "te quiero"!
hoy tú me das un lucero
que estuviera atado al cielo
y cubierto con un velo.

Tintinean campanillas
en mi recuerdo cerrero,
sobre un coral costanero
se desatan las hebillas
y se liman las rencillas.
Es un recuerdo velero
de sentimiento sincero;
fuiste sirena esmaltada
de mi piel enamorada:
¡Ayer me diste un "te quiero"!

Brillor y fulgor de rayo
tiene el coral costanero
con las ansias del remero
con la furia del caballo
y las ternuras de mayo.
Tengo pasión de romero
por aquel locuaz "te quiero"
Por tu mirar de soslayo
y los besos que me callo
hoy tú me das un lucero.

Amor, quisiera entregarte
la aurora con su alboreo
junto a los versos del reo,
también quisiera besarte
y en los cabellos atarte
todas las lluvias que celo
en el descosido velo
que llevo por estandarte,
eres sol y eres baluarte
que estuviera atado al cielo.

Pero las flores marchitan
bajo este sol azufrero
y las ansias del cordero
que mis baladas vomitan,
como ignorantes se agitan
hacia el cruento matadero,
inútilmente aquí espero
llorando triste mis cuitas
tu beso hecho de citas
y cubierto con un velo.










No cuentes aún mis cañas (glosa)


--> Mujer de llama y alas
mujer de ala y greda
no cuentes aún mis canas
como piedra sobre piedra.


Candor de rosa marchita
fulgor de estela dorada,
como furia presagiada
al verte, mi alma se agita
y mi corazón palpita
como rodeado de balas
cada vez que me acicalas.
Es que mi cuerpo crepita
al ver tu cara bonita
mujer de llama y alas.

No calmes tu sed en el río
ni sacies tu hambre en el fruto,
yo te doy pasión y luto
yo te doy calor y frío,
y te doy todo lo mío.
Yo te espero en la vereda
recubierta con la seda
y el candor de tus enaguas,
nadaremos en sus aguas
mujer de ala y greda.

Volaremos hacia el cielo
cabalgando una centella,
alcanzando las estrellas
y rasgando el azul velo
con cuchilla de tu pelo.
Libraremos nuestras ganas
aclarando las mañanas.
Mas no armes las querellas
por las cosas no tan bellas:
no cuentes aún mis canas.

No enciendas las batallas
que todavía es temprano
para alzarnos la mano
lidiando como canallas.
Te estás cubriendo de vallas
te estás llenando de hiedra
con ese temor que medra
la mentira, la cizaña
porque mi amor nunca engaña
como piedra sobre piedra.